Originalmente lanzadas en 1917 como zapatillas de baloncesto con suela de goma y capellada de lona, ganaron popularidad gracias al jugador y vendedor Chuck Taylor, cuyo nombre se añadió al parche del tobillo a partir de 1934.
Con su diseño sencillo, caña alta o baja, y una gran versatilidad, trascendieron las canchas para convertirse en un elemento básico de la moda casual y la contracultura.